martes, 16 de octubre de 2012

La vida del hogar: participación de los hijos en las tareas domésticas

El trabajo familiar requiere energía, tiempo y desarrollo de destrece necesarias, todo ello para atender las tareas del hogar y el cuidado de los hijos. Los implicados serán tanto los padres como los hijos.

La participación en las tareas del hogar trae consigo beneficios que se aprenden con las tareas de colaboración y de participación, que han de ser un continuum
Aquí el orientador familiar puede ofrecer a los implicados ayuda para comprender las reglas, principios que subyacen a los procesos de negociación o de colaboración conjunta, atendiendo a cuestiones como: cómo perciben las tareas los miembros de la familia, qué están dispuestos a dar y en qué condiciones, qué esperan de los demas, etc.

Algunos beneficios de la participación:
-Lo que yo aprendo en casa es lo que generalizo en sociedad. Esto es, la familia es la célula principal de la sociedad, según las cuales, creamos mejores o peores sociedades. Una vez integrado, lo convierto en hábito propio
-Aprendo unas habilidades y desarrollo un sentimiento de felicidad.

Directamente:
1- Se tomará responsabilidad directa de lo que se aprenda (ej. asumiendo sin falta de que me lo recuerden).
2- Autorregulación (dar más o menos según momentos).
3- Responsabilidad vicaria, es decir, responsabilidad que yo espero de otros miembros de la familia.

La participación de los hijos debe ser distributiva, contributiva y acordada; si falla una de estas cualidades, nos encontraremos ante una situación -en mayor o en menor medida- problemática.


Algunos estudios han analizado cómo es el reparto de tareas entre hermanos de familias españolas según la categorización de la dimensión conductual. Lo vemos a continuación:
-realización de "mis cosas" (ej. hacer mi cama, ordenar mi habitación, recoger mis zapatos, limpiar el baño después de usarlo, etc.)
-realización de taresas "por otros"(problema: si los padres se acostumbran a decir a sus hijos "no tengo por qué hacer tu cuarto", entonces, los hijos no querrán hacer lo de los padres o ni ayudarles)
-realización de "tareas accesorias diarias" (ej. poner la mesa, tirar la basura, hacer recados, etc.)
-realización de "tareas básicas" (ej. cocinar, limpiar, comprar, planchar, etc.)

Estos cuatro niveles de la categorización tienen que trabajarse desde los padres ya que, para el funcionamiento de una familia-hogar, se requiere realizar tareas propias de cada nivel conductual y solidarización. 

Dimensión cognitivo-emocional: nos mueve a hacer cosas:
-Las creencias sobre la colaboración (sin olvidar que cada rol conlleva una habilidad especial y sensibilidad hacia unas determinadas tareas; los padres sopesan sobre este aspecto).
-Atribución causal de las tareas domésticas al rol femenino o masculino.
-Valoración de la participación: hay que valorar todas las pequeñas cosas en una familia.
-Importancia que le otorgan los hijos a las tareas domésticas.

Fuentes de influencia:
  • Recursos educativos-laborales (nivel educativo de los cónyuges)
  • Factores estructurales (edad de los cónyuges y de los hijos, sexo, discapacidades, dependencia, etc.)
  • Actitudes, atribuciones ante el rol femenino o masculino.
  • Factores del sistema familiar: 1) clima familiar percibido por los hijos (cohesión, expresividad, conflicto, autonomía, organización y control, etc.); 2) prácticas educativas de los progenitores percibidas por los hijos (apoyo, castigo, coerción, sobreprotección, control, reprobación, etc.).
  • Variables sobre los procesos de socialización de los hijos: 1) cómo se fomenta la integridad y responsabilidad en ellos, la capacidad para actuar como una persona responsable, seria, cumplidora; 2) independencia; 3) ajuste social.


Es muy importante cómo se trabaja en la familia, ya que lo que se aprende en el ambiente familiar se trasladará, posteriormente, a otros contextos.

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